2 abr 2009

"Pude haber sido alguien..."

Con solo ver su puesto de venta en la feria uno se daba cuenta que éste curioso señor estaba vendiendo cualquier cosa. Ni siquiera parecía un vendedor convencional. Parecía peruano, boliviano o de alguno de esos países, es decir, peruano o boliviano, no se me ocurrió otro. Cada tanto observaba a la gente que lo miraba, con los ojos achinados y vidriosos, pero con una mirada triste, y luego volvía a mirar hacia un punto imposible de determinar para mi.
Vestía ropas tallas más grandes, era de estatura más bien baja, de unos 40 o 50 años (era difícil adivinar su edad) y lucia encorvado y muy delgado. En su pelo largo y grasoso se podía notar que no era fanático del peine ni el champú, pero si de recostar su cabeza en el césped, en algún césped.
No olía a nada, ni siquiera a marihuana que fue lo que pensé cuando me acerqué. No se veía sucio, solo desprolijo. Y no solo en su aspecto personal. Guardaba, por así decirlo, el dinero en una pequeña cesta de mimbre sin tapa que no solo estaba a mano de cualquiera sino que tenia un billete mas fuera que adentro de la misma. No mostraba ningún signo de preocupación por nada y tenía una tranquilidad inquietante. Y si alguien le preguntaba demasiado por alguno de los objetos que tenia sobre su mesa respondía con un atípico: "pa, la verdad que no tengo idea" y descolocaba así al posible comprador.
Un tipo así no podía discutirme mucho el precio si me proponía hacerlo entrar en mi juego. No suelo regatear mucho pero ésta era una presa muy tentadora.

Por lo que entré a darle conversación y preguntarle por otras cosas que no me interesaban:
-"¿cuanto por esta radio spica con estuche de cuero?", pregunté.
-"Ah, esa sale $400...viene con estuche de cuero” ,me respondió en voz baja y casi como si no me hubiera escuchado bien ni le importara que yo lo escuchara bien a él.
-"¿Y aquel pisador de papeles con forma de ocelote?"
-"¿Cuál?”
Apenas levanté el brazo para señalárselo. Estaba claro que él no tenia idea de lo que yo le estaba hablando pero me dijo: "yyyyy...eso....¿cuál me dice? , ¿ésto?" y tomó una cerámica de la mascota del mundial de México 86.
-"Si",
le dije.
-"Y ésto...50 pesos"

Ya estaba bien, ya podía apuntar a lo que realmente buscaba. El indio éste no tenia idea de nada y no iba a ser ningún problema quedarme con el objeto de colección que quería.
Entonces disparé: "¿Y esa foto vieja en blanco y negro allá atrás para cuanto?"
Y el andino me respondió: "ah, no, eso no esta en venta". Y sonrió casi imperceptiblemente.
-"Pero está en la mesa, ...dále, ¿cuanto?"
-"Está en mi mesa, siempre está en mi mesa. Pero no está en venta", me respondió a medida que volvía a ocultar su sonrisa.
-"¿Y se puede saber por qué no está a la venta?"
-"Porque es mía"
-"Pero, ¿sabés lo que es?"
-"Mas o menos"
-" Es solo una foto vieja", le aclaré.
-"Si, pero es mía, y no está a la venta"
-"¡Dale, ponele precio!"
me aventuré ya casi al borde de la desesperación
-"...Dije que no está a la venta", sentenció
Al estilo Bogart en Casablanca pensé:"de todos los peruanos que venden porquerías y de todas las ferias y puestos de la ciudad, el que tenia la foto que yo quería comprar tenia que ser éste terco".

No era la típica foto del joven Marlon Brando arrogante de “Un tranvía Llamado Deseo” que inauguró todo un estilo de vestir, de no peinarse, de mirar, de actuar, de hablar. Tampoco la iconoclasta imágen de “El Padrino”. Era la foto de una escena de Nido de Ratas” ("On The Waterfront"), en la que Brando mostraba su cara desfigurada después de una pelea tras haber sido traicionado por sus compañeros corruptos del sindicato, humillado por su hermano pero atormentado por la muerte de éste, y abandonado por su novia. Y con la poca fuerza que tenia para mantenerse en pie, miraba al cielo como preguntando que era lo siguiente, pero con una mirada que dejaba claro que no iba a arrodillarse a esperar la respuesta. Todo esto era capaz Brando de transmitir en una sola imagen. Y para hacer mas fantástica la foto, atrás de él se veía al personaje de Karl Malden que interpretaba a un sacerdote y que era el único que trataba de ayudarlo en la película, que lo miraba de costado y con un gesto de elegante resignación parecía expresar: "mas allá de mi fe, puedo comprender que la respuesta que buscas no te la pueda dar yo ni nadie, vas a tener que encontrarla solo".

Mientras yo podía ver todo esto en la foto, volví mis ojos hacia ese extranjero que estaba tratando de ganarse el dìa sin tener mucha idea de cómo, que parecía estar fuera de su lugar la mayor parte del tiempo, pero que era capaz tanto de no desesperar por nada como de ponerse firme y decir no cuando quería. Seguramente el no tenia idea de a que película pertenecía la foto o tal vez ni siquiera sabia quien había sido el gran Brando, pero tal vez la imagen del hombre herido que no baja los brazos pese a todo y que saca fuerzas para buscar la verdad sobre la utopía, de alguna manera era lo que hacia que a el le gustara. Me di cuenta entonces de mi error: no era terco, era algo así como...libre.

Me alejé del puesto y cada tanto miraba hacia atrás a la foto al lado del peruano que volvía a mirar hacia algún lugar que yo no veía, y entonces pude reconocer la conexión entre la imagen fija y la de carne y hueso.

No sabia que envidiar mas: que la foto siguiera en su poder o que el tuviera el poder de elegir, o tal vez que ni siquiera supiera lo que tenia. De una u otra forma , me fui de ahí sin absolutamente nada mas que eso: envidia. O sea, me fui sin nada.

"On the Waterfront" - Brando (Terry), Rod Steiger (Charlie). Dir. Elia Kazan, 1954

Charlie: Look, kid, I - how much you weigh, son? When you weighed one hundred and sixty-eight pounds you were beautiful. You coulda been another Billy Conn, and that skunk we got you for a manager, he brought you along too fast.

Terry: It wasn't him, Charley, it was you. Remember that night in the Garden you came down to my dressing room and you said, "Kid, this ain't your night. We're going for the price on Wilson." You remember that? "This ain't your night"! My night! I coulda taken Wilson apart! So what happens? He gets the title shot outdoors on the ballpark and what do I get? A one-way ticket to Palooka-ville! You was my brother, Charley, you shoulda looked out for me a little bit. You shoulda taken care of me just a little bit so I wouldn't have to take them dives for the short-end money.

Charlie: Oh I had some bets down for you. You saw some money.

Terry: You don't understand. I coulda had class. I coulda been a contender. I coulda been somebody, instead of a bum, which is what I am, let's face it. It was you, Charley.

No hay comentarios:

Publicar un comentario